La estructura se define por volúmenes geométricos puros, creando un diálogo entre los espacios interiores y exteriores. Las formas cúbicas se articulan en una composición equilibrada.
El uso del blanco en la fachada aporta una sensación de ligereza y pureza, mientras que los paños oscuros añaden un contraste sofisticado. La textura lisa de los materiales refuerza la idea de continuidad y serenidad.
Los amplios ventanales permiten una conexión visual con el entorno, integrando la casa con el paisaje circundante. La luz natural fluye generosamente, transformando los espacios interiores en ambientes cálidos y acogedores.
La planta baja se abre al exterior, difuminando los límites entre el interior y el jardín. Este flujo continuo se traduce en una experiencia espacial que invita al descanso y la contemplación.
La vegetación se inserta de manera sutil, complementando el diseño arquitectónico sin restar protagonismo a la composición arquitectonica. La relación con el espacio exterior es un elemento clave, promoviendo una sensación de bienestar y equilibrio.
La vivienda refleja un enfoque en la simplicidad y la elegancia, donde cada elemento está cuidadosamente pensado para ofrecer una experiencia de vida única, en sintonía con la filosofía de diseño que busca la belleza en la simplicidad.
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